El Municipio de Iles fue fundado en el año de 1.711 por esta expedición que desde Quito se dirigía a Popayán. El Municipio toma su nombre en memoria del Cacique JUAN GARCIA TULCANAZA ILISMAN, reconociéndose jurídicamente ante la Gobernación de Popayán. Iles cobra vida jurídica como distrito, mediante la ordenanza No. 7 de la municipalidad de Obando en el año de 1871, Sin embargo dada la antigüedad de la ordenanza, su texto autentico no se conoce y sólo se posee una compilación de limites generales.
En los años comprendidos entre 1.538 a 1.711, el Sur y el Centro de Nariño se encontraba dominado por la tribu Quillancinga quienes con sus primitivos sistemas de mando trataban de ocupar y someter a su voluntad estas privilegiadas comarcas, por cuya razón se le denominaba la “PROVIDENCIA DE QUILLACINGA”, de cuya tribu se desprendían tantas otras familias que con el correr de los tiempos procuraban independizarse en busca de lugares apropiados para vivir sin peligros y cultivar la tierra, dos prioridades de la época.
Desde la Real audiencia de Quito se autorizó una expedición a la “PROVIDENCIA DE QUILLACINGA”, (En la época Norte del Ecuador), para normalizar la anarquía reinante y conservar la paz entre las tribus y comunidades, por cuyo motivo estas trataron de establecerse en sitios desimantes unos de otros y formar jurisdicción territorial en el asentamiento de la supremacía autoridad e Quito, dependiente de la corona Real Española y de esta manera establecer en ellas sus dominios e imponer sus primitivas costumbres de Religión y de mando.
Según la más pura tradición oral, por allá en los años de 1787, una comisión de caballeros españoles, procedentes de Quito, en correría por los pueblos del Norte del Ecuador arribaron una tarde hasta el entonces insipiente caserío de Iles (que contaba entonces con unas treinta o cuarenta chozas, todas de pésima construcción y una capilla), con una hermosa imagen de Nuestra Señora, el móvil de esa correría, creemos fue el recolectar una limosna para la construcción de una iglesia, o bien para el auxilio de la hermandad o fundación en la cuales el siglo XVIII fue singularmente fecundo.
Recibidos los hidalgos por sus escasos habitantes, con hospitalidad cristiana; y después de haber recolectado la limosna, la cual nunca fue más generosa y abundante, emprendieron el retorno por el camino de Ipiales, en las primeras horas del día, bajo la bonanza de un espléndido sol, entristecido solo por las lágrimas y adioses de los nativos que estimaron en pocos minutos la permanencia de la Santísima Virgen entre ellos.
Con un silencio interrumpido por los suspiros y plegarias por una muchedumbre que no había querido desprenderse de la imagen, la comisión repecho la colina de Iscuazán llegando al punto denominado “El Quitasol” un repentino temporal obliga a detenerse a los portadores de la venerada imagen; vientos, relámpagos y truenos se aunaron para obligar a los españoles a volver a la población de Iles, por tres veces se repitió el temporal en idénticas circunstancias, lo cual obligo a los poseedores de la imagen a entender que la Santísima Virgen deseaba fijar su morada en la dichosa región de Iles; lo que obligó a la comisión de hombres españoles hacer entrega al Cura Doctrinario de la preciosa imagen, y esta vez tócales a ellos derramar lágrimas al despedirse de María, quien dio la suficiente resignación para que emprendieran el regreso a sus lejanas tierras.
Desde el día de “quédate, Señora con nosotros “, como bien pudieron exclamar aquellos felices moradores, con lágrimas de exultante regocijo, la madre de Dios, a lo largo de dos centurias, no ha cesado de prodigar beneficios a todos cuantos a sus plantas se han arrodillado en demanda de favores.
Los Milagros has sido de todo género y para todas las edades, sexos y condiciones sociales lo que motivó la solicitud a la Santa Sede la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario de Iles, llevándose a cabo el 31 de mayo de 1985. En el Turismo local es de gran importancia la Virgen del Rosario de Iles ya que es visitada por sus feligreses constantemente, se estima en promedio que unas 1700 personas la visitan mensualmente.
Actualmente se celebran las fiestas en su honor, el primer domingo de octubre, donde participan aproximadamente siete mil personas que la visitan de las colonias, municipios del suroccidente de Nariño y del norte del Ecuador.